viernes, 24 de junio de 2011

La Tinta

La tinta derramada en el suelo, el tintero echo migas, un zorzal cantando de fondo y mis pupilas dañadas por el sol que invadía mi cuarto.
 El estallido sonó seco como el de una nuez rompiéndose, pero después de un par de manotazos logre callar al despertador.
Me destape completamente, es la única manera de levantarme de la cama, me estire completamente mientras que un sordo bostezo se encargaba de estirar mi cara.
Me senté en el borde de la cama y sacudí  la cabeza en signo de desaprobación, sabia que tendría que limpiar el desastre mañanero.
El silencio se dio presente, el zorzal volaba a kilómetros de mi ventana, el tiempo se detuvo, se detuvo en esa imagen ignota que se hacia presente en la gran mancha, en ese interludio casi eterno e ínfimo, se dio a conocer y moldeo su forma, una perfecta rosa, pero con ella traía a mi la mirada inmaculada de su diosa.
El destino, un espejismo, la desesperación, una señal, imaginación ¿Qué?,¿Qué es en realidad? Hoy creo que es todo eso pasando al mismo tiempo en el mismo lugar.
  Sonreí y mi sonrisa se convirtió en risa y esta en carcajada.
-estas loco Dario, vives en imposible.
-es lo que me mantiene vivo amigo.
-¿fantasía?
-jajaja no, no es fantasía, no es necesidad, no es sugestión ni ilusión, no te esfuerces las razones no tienen lugar en el corazón.
-¿Qué es lo que quieres entonces?.
-dejar de soñar para comenzar a vivir, dejar de desear para comenzar a sentir. No es imposible es poco probable.
       Después de esa agradable charla con mi yo, tuve que limpiar mi accidentada obra de arte antes de que se seque.
      Tal vez si despenara a mi razón  no existirían limites en mi corazón.

Tal ves, solo tal ves este sapo se convierta en rey.


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